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Policías se contradicen sobre la muerte de efectivo José Soncco

En busca de la verdad. El suboficial José Luis Soncco Quispe no murió incinerado como difundió el Poder Ejecutivo. La necropsia indica que falleció debido a un traumatismo encefalocraneano grave producto de golpes con un elemento contundente duro. Durante la diligencia fiscal, los testigos ofrecieron testimonios contradictorios.

La madrugada del martes 10 de enero de 2023, el suboficial de tercera (SO3) José Luis Soncco Quispe apareció sin vida con el 70 % de su cuerpo calcinado al costado del patrullero PR-14648, en el sector de Tambopata, en la ciudad de Juliaca, Puno. Al principio, el primer ministro Alberto Otárola dijo que había sido quemado vivo dentro de su unidad móvil. Sin embargo, pericias forenses concluyeron que José Soncco murió por traumatismo encéfalo craneano grave por objeto contundente en la cabeza.

El protocolo de necropsia del efectivo policial José Luis Soncco señala que la causa final de su fallecimiento fue una contusión y laceración encefálica, debido a un “traumatismo craneoencefálico grave”, producto del golpe, o los golpes, de un “elemento contundente duro”. Es decir, la versión oficial de que el suboficial PNP José Luis Soncco murió incinerado no es cierta.

El cuerpo del policía José Luis Soncco fue encontrado aproximadamente a cinco kilómetros al terminal aéreo, en una zona alejada

El único testigo de los momentos previos de la muerte de José Luis Soncco fue el SO3 Ronal Villasante Toque. Y el primero que tomó conocimiento de lo que sucedió fue el teniente Anthony Herrera Choquehuanca, exjefe de la Unidad de Emergencia de Juliaca.

Ambos efectivos policiales entraron en serias contradicciones respecto a los entretelones de cómo es que el patrullero donde iba Soncco terminó en el sector de Tambopata, y detalles sobre cómo se enteró de lo sucedido el jefe de la víctima.

El fiscal Adley Montes de Oca Budiel, que tiene a su cargo la investigación, dejó constancia que Anthony Greey Herrera Choquehuanca cortó intempestivamente la videoconferencia de su testimonio, en la audiencia del 7 de febrero, al evidenciarse una serie de contradicciones.

Pese a las reiteradas llamadas que se le hizo a su número celular no volvió a responder.

El patrullero PR-14648, que ardió en llamas, no era una unidad cualquiera. Era conocido como “vehículo comando” porque estaba asignado a Anthony Herrera Choquehuanca, ahora exjefe de la Unidad de Emergencia de Juliaca, y solo se desplazaba para la supervisión de patrulleros de servicio en diferentes puntos de la ciudad calcetera.

Aquel día en Juliaca estaba en protesta contra el Gobierno de Dina Boluarte y todos los policías estaban en sus comisarías y el aeropuerto.

Versiones diferentes

El 9 de enero, la unidad policial estaba tripulada por el SO3 Ronal Villasante Toque (conductor) y como operadores estaban los suboficiales Esteban Barrientos Chayña y el fallecido José Soncco Quispe. Los tres estaban al mando de Anthony Herrera y el vehículo no se desplazaba sin orden previa del jefe.

Cerca de las 6 tarde, luego de que se confirmó la muerte de 17 personas, el vehículo policial se replegó a la Unidad de Emergencia de Juliaca, ubicado en el óvalo San Martín con la avenida Circunvalación.

El efectivo policial Ronald Villasante Toque, en su declaración ante sede fiscal, dijo que su colega Esteban Barrientos Chayña recibió una llamada del teniente Anthony Herrera Choquehuanca, quien le informó que debía replegarse a su base policial. Una vez en el lugar, el oficial le ordenó además que abandone la “Unidad Comando” y se mantuviera en el puesto. La orden se cumplió.

En su testimonio ante la Fiscalía, el efectivo Anthony Herrera aceptó que ordenó a Esteban Barrientos quedarse en el puesto porque tenía experiencia en desactivación de explosivos y que el repliegue fue para que el personal se abrigue. Negó orden alguna al respecto.

Sobre cómo la “Unidad Comando” terminó en el sector Tambopata, lugar del incendio y escenario de muerte de José Luis Soncco, tanto Villasante como el teniente dieron versiones diferentes.

El compañero de José Soncco, Ronald Villasante Toque, alegó que llegaron a la zona porque el teniente les dijo que se dirigieran a las afueras de la Unidad de Emergencia. Él aceptó la orden con “el fin de resguardar mi integridad”, en razón de que en el óvalo San Martín había un grupo de entre 30 y 40 personas.

Por su parte, Anthony Herrera alegó que él no dispuso nada y más bien dijo que continúen con su patrullaje porque había presencia de manifestantes. Empero, Ronald Villasante aseguró que en Tambopata no había unidad policial que supervisar y la zona tampoco estaba bajo su responsabilidad. Precisó que fue el fallecido José Luis Soncco quien le sugirió acudir a Tambopata por ser una zona supuestamente “tranquila”.

Villasante arguyó que a su jefe le informó vía celular de su desplazamiento hacia Tambopata, lugar del ataque y posterior crimen de su colega José Luis Soncco.

No obstante, en su declaración Anthony Herrera manifestó que no se comunicó con el suboficial durante todo el día. Precisó que solo habló cuando Villasante le informó sobre lo sucedido.

Testimonios que no encajan

El patrullero PR-14648 donde iba el efectivo José Luis Soncco fue atacado al promediar las 11 y 30 de la noche por desconocidos a una cuadra del colegio San Martín, sobre la calle José Bernardo Alcedo, en Juliaca.

Desde el momento en que se alejaron de la Unidad de Emergencia hasta el momento que fueron apedreados, los policías estaban en inmediaciones del sector de Tambopata.

El suboficial y el teniente también se contradijeron sobre los sucesos ocurridos en la zona.

Ronald Villasante Toque es el único sobreviviente y, como tal, dio dos versiones distintas sobre los momentos previos a la muerte de José Luis Soncco. La primera diligencia fue el 12 de enero y la segunda, el 6 de febrero del 2023.

En su primera declaración, Villasante aseguró que a las 11 y 30 de la noche hubo un cacerolazo y desde los techos de las casas les lanzaron piedras que destruyeron el parabrisas del patrullero. Al escapar, llegaron a un callejón sin salida y entre 80 a 90 personas les lanzaron piedras y maderas. Contó que bajó de la unidad con José Luis Soncco para apaciguar los ánimos de sus atacantes y mientras lo agredían perdió de vista a su compañero y que quedó inconsciente por un golpe.

En su segunda declaración ratificó que fue atacado y tras perder el conocimiento despertó en una silla dentro de una casa. Lo apoyaban un grupo de cuatro personas. A uno de ellos le preguntó por su colega José Luis Soncco, y asegura que le respondieron que estaba bien. Villasante detalló que uno de los lo acompañaba, salió del ambiente [casa] y al regresar le aseguró que habían llegado uno de sus colegas [policías] y se lo habían llevado. “Yo me sentí más tranquilo”, precisó. Ninguna de las dos versiones concuerda entre sí.

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