Coronavirus: la esperanza de la vacuna y el dilema de su distribución
Los tiempos y los costos en los países menos desarrollados. La solidaridad internacional.

En la carrera por tener una herramienta para prevenir el contagio, la barrera de las patentes. Los tiempos y los costos en los países menos desarrollados. La solidaridad internacional.
Más de 165 vacunas contra la Covid-19 están en desarrollo en el mundo: 27 ya se encuentran en diferentes fases de ensayos clínicos en seres humanos. Aunque normalmente una vacuna ha llevado entre siete y diez años en ser creada, testeada, aprobada, fabricada y distribuida, el nuevo coronavirus lo cambió todo, lo acelera. Los expertos independientes hablan, en el mejor de los escenarios, del primer trimestre del 2021.
Para esto, para que la vacuna anticovid tome entre 12 y 18 meses en lugar de una década, hay programas que permiten reducir tiempos, tanto en el caso de la Food and Drug Administration (FDA), la agencia de regulación de medicamentos de los Estados Unidos y en el de la European Medicines Agency (EMA). Así es como, por ejemplo, está permitido combinar fases de ensayos clínicos y por eso algunas candidatas vacunales aun estando en fase I/II se pueden probar por primera vez en cientos de personas (cuando lo usual es que sea sobre algunas decenas).
También se les permite a los laboratorios comenzar a fabricar las vacunas mientras las están testeando, algo que en condiciones normales no se hace porque las pruebas bien podrían no garantizar seguridad (lo primero que se debe comprobar en una vacuna) ni capacidad de brindar inmunidad duradera. Así, lo que normalmente podría llevar tres años, se reduce a seis meses. Luego, están la aprobación y más tarde, la distribución.
Allí es donde residen muchos de los interrogantes menos populares: ¿Qué países y poblaciones estarán en condiciones de acceder a las vacunas? ¿Cuáles podrán pagar las dosis y a qué precio? ¿Hay posibilidad de que se garantice un reparto equitativo que incluya a las naciones más pobres?
Ya a principios de junio lo decía António Guterres, Secretario General de la ONU, es necesario tener “solidaridad global” para garantizar que la vacuna anticovid tenga un precio asequible y sea accesible, que pueda llegar a lugares muy diferentes e inhóspitos. Hace diez días, mandatarios de países tan dispares como Canadá, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Etiopía, España, Sudáfrica, Suecia y Túnez escribieron una columna de opinión en The Washington Post: “Debemos garantizar urgentemente que las vacunas se distribuyan de acuerdo con un conjunto de principios transparentes, equitativos y científicamente sólidos. El lugar donde vives no debería determinar si vives, y la solidaridad global es fundamental para salvar vidas y proteger la economía”.
El punto es que hay mucho dinero en juego, y no todos los países están en condiciones de hacer lo que el gobierno de los Estados Unidos, con su programa Warm Speed. A través de él las candidatas vacunales más protemedoras recibieron miles de millones de dólares de fondos federales para apurar los desarrollos, y garantizar cientos de millones de dosis a los ciudadanos estadounidenses. También China está invirtiendo en varias candidatas propias. Ellos tienen con qué hacerlo.
¿Y la Argentina? Así como hay países ricos que pueden invertir mucho dinero, hay otros que aportan infraestructura y conocimientos para realizar los ensayos clínicos. Allí están Brasil y la Argentina. El presidente Alberto Fernández ya se ha reunido con el gerente general de la farmacéutica Pfizer y con el director científico de la Fundación INFANT, Fernando Polack, a cargo de los ensayos clínicos de esta candidata. El mandatario argentino también se reunió con directivos de AstraZeneca, la farmacéutica que trabaja junto a la Universidad de Oxford. Dijo Fernández: “El día que llegue (la vacuna), debemos garantizar su acceso rápido y equitativo, priorizando a las poblaciones de riesgo”.
Off the record, se comenta también que una de las candidatas chinas está buscando lugar (la Argentina) para llevar a cabo parte de sus testeos fuera del gigante asiático. ¿Garantizará eso acceso a una cantidad de dosis para el país? En un webinar reciente sobre vacunas, algunos expertos señalaron que una cosa no va atada a la otra. Se verá.