Se perdieron 6,7 millones de empleos en el segundo trimestre: ¿Qué se propone para revertir esta situación?
A diferencia de hace un año, el período abril-junio mostró que el sector construcción tiene menos de la tercera parte de personas ocupadas. Experta destaca la urgencia de implementar un régimen flexible que fomente la contratación.

Alrededor de 6′720.000 peruanos perdieron su empleo en el segundo trimestre de este año. Esto significó una contracción de 39,6% respecto al período abril-junio del 2019, reportó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Considerando variaciones porcentuales, la mayor pérdida de empleos se concentró en las mujeres (que cayó en 45,3%), en el grupo de menor edad (de 14 a 24 años que retrocedió 43,7%), y en las personas con educación superior no universitaria (se contrajo en 46,3%).
A escala nacional, los sectores de servicios y comercio abarcaron el 88% del total de plazas que se perdieron en el lapso de abril-junio.
Sin embargo, el que sufrió el mayor impacto fue construcción con una contracción de 67,9%: de las 937.600 plazas que se registraron en el segundo trimestre del 2019, queda menos de la tercera parte.
INFORMALIDAD
En línea con la reducción del empleo, la población peruana con trabajo informal en el área urbana cayó en 7% (607.100 plazas) en el último año.
Por ello, urgen adoptar acciones que, además de revertir la crítica situación de desempleo, brinden incentivos para que empleadores y empleados opten por la formalidad, indicó Pamela Navarro, directora del Área Laboral de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría.
Uno de los puntos más primordiales, refirió Navarro, es implementar un régimen con mayores flexibilidades. Pero este no debe estar orientado a flexibilizar los beneficios de los trabajadores, sino a fomentar la contratación.
Otros aspectos que deben estar en la agenda del Ministerio de Trabajo son fomentar la contratación de jóvenes, implementar una política con enfoque de género (que reduzca la brecha ya existente), aplicar medidas que brinden liquidez a las personas, como reducir o suspender los aportes a las AFP e, incluso, ofrecer nuevos créditos a las empresas “amarrados” a objetivos flexibles de contratación de personal.
Considerando variaciones porcentuales, una de las mayores pérdidas de empleos se concentró en el grupo de menor edad (de 14 a 24 años que retrocedió 43,7%).